jueves, 7 de junio de 2012

Nadal truca el sueño de Almagro


El murciano no pudo con Rafa Nadal pese a jugar un partido de gran nivel. El mallorquín sigue vivo en Roland Garros mientras que Nico puede volverse a casa orgulloso por la imagen mostrada (7-6, 6-2 y 6-3)
Nico Almagro no pudo con Nadal y eso que le tuvo contra las cuerdas en los primeros compases. En el primer set, el murciano tuteó al ‘extra terrestre’. Le apretó en el saque, no tuvo apenas fallos y concatenaba muchos golpes ganadores en cada juego. El murciano fue un ciclón. Percutía una y otra vez y Nadal respondía como lo que es, el número 1 en esta superficie. Fueron al tie-break en el primer set y el manacorí se llevó el triunfo. Fue apretado, sí, pero Rafa ya empezaba a dar su mejor versión. El segundo set empezó cuesta arriba para Almagro. Nadal tonificaba sus músculos a base de buenos golpes, liftando desde atrás y desesperando a Almagro, que en los primeros compases no confió del todo en sus posibilidades. El séptimo juego del segundo set fue clave. Con el 4-2 a favor de Nadal, Almagro mostró su mejor versión, llegando a jugar una bola de break en la que el mallorquín se tuvo que emplear a fondo para poner tierra de por medio, 5-2. Luego Nadal solventó el sexto juego sin apuros.
Nicolás Almagro demostró tener mucho tenis en su brazo derecho. Enfrente, Nadal tuvo que exprimir su físico en los puntos clave. Su poderío agrandaba la figura de Rafa a la vez que encogía la de Almagro. La igualdad establecida al principio del partido daba paso a un David menguante contra un Goliat ágil y confiado. Almagro no encontró fisuras en el juego del rival. Buscaba puntos con golpes violentos a las esquinas. Su revés era letal y tuvo recompensa, pero no fue suficiente para hacerse con el segundo set.
A partir de ahí todo fue cuesta bajo para Nadal, o lo que es lo mismo, cuesta arriba para el murciano. Almagro miraba al cielo en busca de... ¿respuestas? No. En busca de lluvia, de unas gotas reparadoras que obligaran detener el partido y así poder respirar. Vino en el segundo juego del tercer set. Mientras Almagro decía al juez de silla que no quería esperar a pie de pista a la reanudación (prefería ir al vestuario), Nadal tomó la iniciativa y en el momento en el que hubo un claro, el mallorquín saltó a la pista a rematar la faena. Cual fue su sorpresa ya que Almagro igualó el set. Compaginaba sus golpes largos a la línea con sus quejas al árbitro. A juicio del murciano, la lluvia incomodaba lo suficiente para poder jugar en óptimas condiciones. Era su particular guerra psicológica. Le vino bien. A punto estuvo de ganar el tercer juego pero, y estamos hartos de decirlo, Rafa es mucho Rafa. La suerte estuvo de cara de Nico para empatar el tercer set. La bola impactó un par de veces en la red favoreciendo al murciano. Eso le dio alas. Tuvo dos bolas de break en el siguiente juego y volvió a tutear a Rafa.
Finalmente Nadal solventó la situación cosechando un balsámico 3-2. Almagro defendía su servicio con valentía. Se encontraba cómodo golpeando desde el fondo de la pista, forzando ángulos y moviendo al contrario. Nadal volvió a ganar su servicio. El mejor tenis de Almagro es incapaz de doblegarle. Así de superior es. Con el 5-3 en el tercer y último set, el manacorí demostró por qué ha ganado seis veces Roland Garros: es frío, calculador, ganador y su físico está un escalón por encima de los demás. Solventó el partido con un 6-3. De esta manera, el hexacampeón sigue su camino en la tierra batida. Almagro, que rozó un tenis brillante –como en toda la temporada-, se vuelve a casa con la cabeza bien alta. Jugó un partido muy intenso y aunque no obtuvo el premio de ganar un set, dejó patente que está en un momento de forma envidiable.

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